UN CAMBIO DE CUERDAS

Photo by PEXELS

A los que alguna vez hemos tenido la inquietud de aprender a tocar un instrumento musical seguramente nos ha motivado el amor a la música, pero hemos estado inevitablemente inspirados por algún género o artista en particular. En el caso de los guitarristas, en no pocas ocasiones nos hemos obsesionado con un sonido o estilo en particular, anhelando una guitarra concreta o invirtiendo un buen dinero no sólo en el propio instrumento sino también en comprar o cambiar amplificadores, jugar con sus parámetros, válvulas, altavoces… o usar pedales que simulan sonidos y reproducen efectos similares a los usados regularmente por nuestros ídolos.

Pero sin duda siempre hay algo que resulta tan barato como determinante para que la guitarra brille con todo su esplendor: las cuerdas. Al tocar, restos imperceptibles de sudor y piel van acumulándose en las cuerdas restándole brillo a su óptimo sonido. Ese es el concepto: EL BRILLO. Cada guitarrista tiene la posibilidad de montar distintos tipos de calibres y marcas de cuerdas, dependiendo de su manera de tocar, del sonido que quiere conseguir, de su gusto personal; pero sean cuales sean las cuerdas que se instalen es inevitable que éstas se vayan deteriorando (perdiendo brillo) y por eso es muy importante cambiarlas regularmente para mantener el BRILLO del sonido en la guitarra.

De poco sirve preocuparse por conseguir ese anhelado sonido de los Eagles, de Led Zeppelin, de Santana, de Clapton, de Knopfler… si no cuidamos el brillo de nuestra guitarra. Por muy bueno que sea el instrumento y el equipo, la música no brillará con máxima expresión si no nos ocupamos de cambiar las cuerdas con cierta regularidad, y a pesar de eso, muchos aficionados sólo cambian las cuerdas cuando éstas se rompen o cuando el óxido hace su aparición.

De la misma manera, en nuestra vida podemos cambiar muchas cosas –algunas muy costosas económica o personalmente- en busca de ese plus, de esa vida mejor, de ese anhelo… y sin embargo nos solemos olvidar de cuidar, mantener y cambiar cuando es preciso las pequeñas cosas que dan brillo a nuestra vida, que suelen tan baratas o sencillas de cuidar como esenciales y determinantes para sentirnos bien, ser más auténticos y dejar destellos de nuestra mejor versión ante los demás.

La vida siempre podrá en nuestro camino momentos propicios para parar, cambiar las cuerdas, afinar… y seguir tocando: las buenas guitarras suenan mejor con el paso de los años y del uso, porque su madera es de una excelente calidad y devuelve los buenos cuidados mejorando el timbre de su sonido. Pero siempre hay que mantener las cuerdas con brillo y cambiarlas regularmente.

En tiempos de incertidumbre, cambiemos las cuerdas y sigamos tocando, porque la vida sigue y, como dice la canción de Sinatra: “The best is yet to come

NOTA: Publicado en LinkedIn el 15 de julio de 2020

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